Opinión

Desarrollo de la zona franca

Antonio Aguirre Medina

antonioxaguirre@lanacion.com.ec

Este es el cuarto comentario sobre mi gestión en la Gerencia General de Autoridad Portuaria y espero que sea el último.  Este paso por la vida pública me permitió conocer la miseria humana de la gente que te rodea.

Al comienzo del año 1.999  recibí la visita de los más altos funcionarios de  un importante Puerto Europeo del que me reservo el nombre, estaban interesados  en que nuestra institución sea una especie de corresponsal de su Puerto en Sudamérica ya que el  nuestro, era el número uno en el Pacífico Sudamericano.

Conseguí de los visitantes un préstamo no reembolsable para desarrollar la Zona Franca e iniciamos los correspondientes estudios y diseños con un prestigioso arquitecto de la localidad, los mismos que fueron boicoteados por el Presidente y el Vicepresidente del Directorio de Autoridad Portuaria de Guayaquil, el primero oficial  retirado de la Armada y el segundo, activo de la Armada, recuerdo que hubieron arduas discusiones con motivos intranscendentes como por ejemplo que un poste de luz que alumbraba la Capitanía del Puerto de Guayaquil tendría que ser removido.  Argumentos sin sustentos llevaron al abandono momentáneo del proyecto.

Después de que fui removido del cargo en Diciembre del año de 1.999, el Presidente del Directorio y un político la ciudad, ambos interioranos,  tomaron como suyo el proyecto despidiendo al arquitecto haciéndose cargo del mismo para luego asociarse a las Cámaras de la Producción que en sus estatutos ninguna estaba autorizada para ejecutar esa clase de obra concedida por el Estado. Trajeron dos arquitectos de Quito para que hagan un nuevo diseño, pero como no tuvieron experiencia en Puertos Marítimos, duraron pocas semanas, teniendo que recurrir al arquitecto original.

Como era de esperarse la empresa creada llamada ZOFRAGUA  fue un desastre total ya que nunca funcionó y algunas personas que  compraron los espacios nunca pudieron utilizarlos.

Las ambiciones desmedidas de usufructuar un proyecto rentable quedó desenmascarada cuando el mismo proyecto presentado al Directorio de la entidad fue malo y cuando ellos lo cogieron a cargo si era bueno con el antecedente que la institución no hubiera gastado un dólar de su patrimonio puesto que era un préstamo no reembolsable y la propiedad la mantendría la institución.

Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor.