Opinión

CUATRO PATAS Y UN NOBLE CORAZÓN

 Tomado de la Revista Hípica El Derby

Autor: Dr. Vicente Bermúdez Tello

Ni Simón Bolívar, José de San Martin, Antonio José de Sucre y muchos otros patriotas hubieran realizado con éxito sus hazañas libertarias si no hubieran contado contigo, con ese objetivo recorriste miles de kilómetros.  Formaste parte de muchas obras literarias como la que considera cumbre del idioma español   “Don Quijote de la Mancha”, entonces ha contribuido con la historia y la literatura.  Que injusto hemos sido  al no reconocerlo.  Años más tarde te transformaste en un caballo de carreras, ahora a la sombra de tu figura y el sentir de tus pasos centellantes escucho un canto melodioso que hace que entonemos tu nombre.

Al recordar décadas atrás el Santa Cecilia, el Costa Azul, El Carlos Aguirre Avilés y hoy Miguel Salem Dibo, nunca nos importó la distancia, el peligro, la lluvia, ni el polvo del camino, porqué  con tal de verte correr, esos obstáculos fueron superados y el hipódromo se transformaba en un jardín otoñal.

Al darse la partida se siente un aire de oro del mediodía y el candente sol que aquí es más reluciente que en otros lares es apenas una pequeña mancha del edén, es el suave encanto de una tarde dominguera.

Con armoniosa gracia se oye tu relincho, una voz musical que resuena en el ambiente y galopas triunfal desparramando anhelos en la pista de carreras.  Siento entonces que mi corazón estalla de emoción al acercarte a la meta, dejando en el camino pedazos de tu alma, sensación indescriptible que es patrimonio exclusivo de quienes nacimos, somos y seguiremos siendo hípicos.  Futbol, basket, box, béisbol y todos los demás deportes quedaron atrás, la hípica los supero a todos por ser vida, pasión y sentimiento.

Quizás el único premio a tus hazañas sea el aplauso vibrante, sonoro, diáfano y sincero que recibes del público, pero transformado en una corona de laureles y flores de ambrosía.

¿Por qué mira hacia atrás? ¿Por qué exploras el firmamento? ¿Acaso  estás buscando algún lucero en el cielo azul? A ya se, estoy de acuerdo contigo, allá arriba están propietarios, esos caballeros, ejemplo de generosidad y sacrificio de talla inconmensurables  y gran nobleza, quienes nos procedieron  en el viaje y al irse nos dejaron su legado de gratos recuerdos y que por ello permanecen  en nuestras retinas tornándose inolvidables.  Allá también hay jinetes, preparadores, empleados, aficionados y también hay carreras el domingo, el partidor es transportado por seres divinos y está hecho de oro con ribetes de plata, la orden de partida la da un coro de ángeles celestiales con música de arpa y liras, entonan en tu nombre para elogiarte un aria que se oye en el cielo y en la tierra.  Allá no hay enfermedades y después de correr no terminarás sentido ni tendrás dolores, porque la pista de carreras está hecha de polvo de estrellas.

¿Qué eres un ser vivo milagroso? Es cierto, comprendo ahora porque  Jimmy Jairala, hípico de ancestro adoptó  tu figura como símbolo de la institución que tan acertada dirige y gracias a ti esos inocentes niños y niñas que reciben terapia equina mejoran tremendamente y hacen que esa labor sea aplaudida por la comunidad entera.

¿Comprendes por qué formas parte de nuestras vidas? Tú has hecho que yo, que nunca fui un hombre virtuoso, gracias a ti adquiere una virtud, tan solo una, pero que la considero la más grande de todas las virtudes y que la dedico reverente a ti, mi caballo, y a todos los hípicos: LA GRATITUD.

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