Antonio Aguirre

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La delincuencia narco delictiva guerrillera avanza con paso demoledor, tal cual como estaba advertido los ataques cada vez son mA?s frecuentes y ya empezaron los secuestros, luego vendrA?n los crA�menes, voladuras de puentes, oleoductos, vehA�culos, torres de transmisiA?n elA�ctrica, despuA�s los bombazos en ciudades importantes y lugares de masiva concurrencia.

El secuestro de tres periodistas del diario El Comercio de Quito pone de manifiesto que esto ya no es un juego, la situaciA?n se pone mA?s seria y los responsables de los Ministerios de Seguridad Externa e Interna hasta ahora no logran estabilizar la situaciA?n subversiva, la que tiende a agravarse con el paso de los dA�as, dejando la evidencia que no han sido eficientes en el desempeA�o de sus funciones.

La sociedad civil fue obligada a desarmarse y la mafia delictiva aprovechA? y se armo mA?s, estos son los resultados preparados al inicio de la dA�cada perdida que hoy nos tenemos que lamentar, por demA?s estA? decir el abandono y el mal trato a las FFAA que tambiA�n contribuyeron al auge delictivo narco-guerrillero con todos los delitos conexos.

La posiciA?n irresponsable y traicionera a nuestros intereses patrios fue permitir que los guerrilleros colombianos tengan sus bases en nuestra naciA?n y les permitan tener hasta cA�dulas de identidad ecuatoriana pudiendo circular libremente y hacer grandes inversiones en nuestra patria, tierra sagrada para los delincuentes.

Solapar la paz con las FARC fue otro gran error posiblemente programado por las anteriores autoridades que buscaban provocar el caos social que hoy lo estamos viviendo, despuA�s brindarle nuestra hospitalidad para que negocien con el ELN fue otro tremendo error, tan grande como ofrecerle al Presidente de Colombia hospitalidad para cincuenta millones de Colombianos.

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