En entrevista exclusiva para Russia Today, el presidente del Ecuador, Rafael Correa, aborda temas palpitantes para América Latina. Se muestra seguro del triunfo de la revolución ciudadana en las próximas elecciones y reflexiona sobre el legado de Obama.

QUITO. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denuncia a que lo que actualmente está ocurriendo en América Latina no es una restauración conservadora sino un nuevo plan Cóndor con sus ataques judiciales y económicos que no tiene ni límites ni escrúpulos.

«Actualmente hay una judicialización de la política, golpes parlamentarios y se atenta descaradamente contra la integración. Se atenta contra la dignidad de las personas», denuncia el mandatario, quien predijo esta restauración de la derecha en 2014 pero se quedó corto.

Correa, cita como ejemplo el caso de Néstor Kirchner, quien era una referencia para América Latina al rescatar a Argentina de las cenizas en las que lo dejó el más brutal neoliberalismo. «Si estuviera vivo sería un delincuente, como pretenden hacer pasar a Cristina, Lula da Silva, Dilma…», denunció el presidente ecuatoriano.

Ante ello, Correa recuerda que los intentos de agredir a los gobiernos progresistas de América Latina no son novedad: «Siempre han tratado de desestabilizarnos y agredirnos: mire el golpe de Estado en abril de 2002 contra Hugo Chávez; en 2008 los intentos de desestabilización en Bolivia; 2009 Honduras; 2010 el propio Ecuador; 2012 Paraguay», sostuvo Correa, al revelar que estos intentos muchas veces eran infructuosos y aislados.

En 2013, destaca el mandatario, se desveló una verdadera articulación internacional con estrategia, con recursos infinitos, con diferentes clases de acosos.

Sobre el caso de Venezuela y Brasil, el mandatario sostiene que vio errores de origen en el funcionamiento de la UNASUR y la CELAC, como que todas las decisiones se tengan que tomar por consenso y que el poder de veto pueda hacer fracasar cualquier decisión. «Por eso yo casi no firmo el tratado UNASUR en 2008 en Brasil», confesó el mandatario.

De esta forma, Correa denuncia la doble moral existente en el organismo al recordar cómo se trata el caso de Venezuela en la OEA y cómo el caso de Brasil pasa casi desapercibido. «A Venezuela la acusaron de demorar el referéndum y la llevaron a Washington y le quisieron aplicar la carta democrática. Suponiendo que esto sea cierto, es 10.000 veces más grave que lo que ocurrió en Brasil, un golpe parlamentario», denunció Correa a RT.

En relación a su posible regreso, Correa afirma que en principio no volverá a postularse pero que si mañana fueran las elecciones volvería a ganar en una sola vuelta y con mayoría en la Asamblea. «La oposición está más fraccionada que nunca uniendo el agua con el aceite por el odio a Correa y la gente percibe esas cosas», indicó.

Sobre las elecciones presidenciales en EE.UU., Correa admite que querría que las ganase la candidata demócrata Hillary Clinton, pero para América Latina sería mejor [el candidato republicano Donald] Trump. A su juicio, durante el mandato de Bush el rechazo a las primarias políticas de este generó una reacción por parte de América Latina que la hizo actuar más unida. «Lo mismo ocurriría con Trump. Exacerba las contradicciones, pero por el bien de EE.UU. y del mundo, quisiera que gane Hillary», concluye  el mandatario Correa. (VCV/RT/La Nación)