Opinión

Clubes de fútbol ecuatorianos con dueños, ¿por qué no?

Por Abg. Mario V. Tamayo Mendoza

mtamayo@vasquezyasociados.com.ec

 

En realidad escuchar de crisis económica en nuestro fútbol no es nuevo, en cada década que he vivido o estudiado sobre el tema es similar.

En los setenta después del bicampeonato y la hazaña de La Plata, -CRISIS ECONOMICA EN BARCELONA-, acompañado siempre con la amenaza de que el Club desaparezca, los ruegos del periodismo e hinchada que aparezca alguien CON DINERO para que los resultados deportivos mejoren, aunque ahora el descalabro económico sea para el bolsillo de aquel  LOCO que se atrevió a invertir esa cantidad de dinero,  reglas claras para el retorno de su gasto-inversión.

Situaciones análogas  en las décadas posteriores, vivieron Liga Deportiva Universitaria de Quito, el Club Sport Emelec y casi todas las instituciones deportivas hasta la actualidad.

El mecenazgo ha sido una práctica común en nuestro fútbol desde sus inicios y conforme han pasado los años dicha figura se ha ido perfeccionando en mecanismos,   cada vez , el dinero que arriesgue el mecenas en estas “corporaciones civiles sin fines de lucro” sea menor.

Recuerdo cuando injustamente se linchó mediáticamente , por parte de “socios” de Barcelona S.C. ,“personajes históricos que habían hecho de esto del fútbol un voluntariado” al Presidente de aquel entonces –Leonardo Bohrer Pons-, por conseguir fondos para la contratación de jugadores y federarlos en otro equipo,  proteger la inversión personal de él y de un grupo de personas que lo acompañaban, en vista de que el Estatuto vigente del Club a esa fecha, y la legislación deportiva de ese entonces y lo peor de todo -actual todavía-, protege a todo el mundo menos a una persona, quizás la más importante en el quehacer deportivo: EL DIRECTIVO, que invierte su dinero o lo consigue,  que para fines prácticos da lo mismo.

En el formato actual para ser Presidente de un Club, se requiere tener un mínimo de antigüedad como socio, y si tienes los votos te eligen y ya. Consigues hasta debajo de las piedras el dinero, para sacar tu barco a flote y cuando tu inversión está a punto de dar un resultado deportivo o económico (nadie tiene por qué invertir  su dinero en algo para perder, esos romanticismos no existen), se les ocurre a los socios, que aportan entre 50 y 100 dólares por mes a lo mucho, y no regularmente,  ponerse al día y cambiar de Presidente y chao te fuiste.

Y la inversión de buena fe que hiciste?, los auspiciantes que conseguiste, los inversionistas para el PROYECTO a largo plazo en qué quedan?. En nada, en el aire, dinero, esfuerzo y lo peor de todo, ganas tiradas a la basura, hasta que viene otra persona hace lo mismo, se acumulan las deudas y sigue el espiral como hasta ahora.

Existen proyectos nuevos tipo Independiente del Valle, River Ecuador, Academia Alfaro Moreno, que hoy tienen una economía ordenada, que apuntan a que el retorno de su millonaria inversión sea la venta de jugadores producidos en sus formativas, pero está protegida su inversión realmente por un marco legal seguro????, que fomente que más inversionistas crean en el fútbol como negocio.

Se han puesto a pensar emelecistas y liguistas en una era post-neme, post paz.

La gloria y la historia no tienen precio, cómo le puedes poner precio a los colores, a la pasión del hincha, -se preguntarán muchos-.

Existen mecanismos para la valoración de esos intangibles y hay equipos en el mundo que lo han hecho también, ejemplos sobran: Manchester United  (familia Glazer), Liverpool (John Henry quien además es dueño de los Medias Rojas de Boston), por dar un par de nombres.

Si EEUU y Europa que son las cunas del corporativismo como tal, aceptan la figura del dueño, por qué no Ecuador.

En México ya existen desde hace muchos años equipos que son propiedad de Carlos Slim, Jorge Vergara, Emilio Azcárraga, en fin grandes corporaciones.

Nadie maneja mejor un negocio que SU PROPIO NEGOCIO, NADIE CUIDA MEJOR DINERO QUE SU PROPIO DINERO.

Abramos el camino para verdaderos inversionistas y PROTEJAMOS a los que ya tenemos: MOTIVEMOSLOS, la coyuntura actual es la ideal para esa profunda reforma.

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