Opinión

CAPTAR PODER

Orlando Amores Terán/Quito

 

Varios ciudadanos, fastidiados de tanta corrupción, fraude electoral, inseguridad, proponen organizarse en partido político, para captar el poder.

Pregunto: ¿Es factible captar el poder político con la estructura constitucional narco-comunista vigente, que lo primero que instauró, fue el fraude electoral?

¿Acaso nos olvidamos de que el plan Chávez, operó con sus esbirros nacionales, para las elecciones del 2006?

¿No recordamos que, en 2007, el TSE, infiltrado por el socialismo del s.XXI, a través de su presidente -convertido luego, en abogado del mayor canalla antipatria y ladrón de Ecuador-; destituyó, con los votos del comunista Mauge y del socialista Rivadeneira, a 57 diputados que se oponían a la Constituyente Chávez?

¿No entendemos aún que estamos ante una organización criminal con vínculos internacionales, que cuenta con la asesoría de 65 años de experiencia en Cuba, 43 en Nicaragua, 25 en Venezuela; además del financiamiento producto del saqueo de esos países y su vínculo con la narcoguerrilla, el tráfico de personas, ¿órganos humanos, armas, divisas, equipos, documentos, narcóticos?

A este tipo de organización, no se la combate con «elecciones», utilizando el sistema electoral controlado por el narcoterrorismo.

A esa organización criminal, primero hay que desbaratarle el andamiaje en el que se sustenta, que son las funciones e instituciones creadas a través de la Carta Chávez.

Para hacerlo, hay que utilizar con inteligente sutileza, las mismas normas impuestas por ellos, por medio de Consulta Popular y posterior reforma constitucional. De ese modo se «rompen los candados» de la Carta Montecristi.

Una vez destruido el sustento constitucional, se implementan las reformas jurídicas en la legislación subordinada. Sólo entonces, podemos crear partidos políticos civiles, cívicos, no lo que actualmente existe, que son clubes electorales estatales.

Hasta que no entendamos la estrategia trazada, jamás lograremos nada. Seguiremos hundiéndonos en el lodazal, mientras el narcoterrorismo avanza inexorable hacia la cubanización del Ecuador, utilizando como vehículo, la Carta Chávez; sembrando discordia, financiando ambiciones, creando «opositores», auspiciando la inconsciencia y la distracción social.