Internacional

Brasileños acumulan agua y se preparan para posible racionamiento drástico

 Otras ciudades en el muy poblado sudeste de Brasil, como Río de Janeiro, enfrentan una escasez menos grave, pero también podrían ver racionamientos.

SAO PAULO. Los brasileños están acumulando agua en sus departamentos, cavando pozos caseros y tomando otras medidas de emergencia para prepararse para un posible racionamiento forzado que podría mantener los grifos cerrados por hasta cinco días a la semana debido a una sequía.

 En São Paulo, la ciudad más grande del país, con un área metropolitana de 20 millones de personas, la principal reserva está con sólo un 6 por ciento de su capacidad y ya pasó el momento más alto de la temporada de lluvias.

 La incertidumbre por la sequía y sus consecuencias en los empleos, en la salud pública y en la calidad de vida han ensombrecido aún más el humor de los brasileños en momentos en que la economía enfrenta dificultades y la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff se encuentra en mínimos históricos.

 Tras las decepcionantes lluvias de enero e incentivos insuficientes para reducir el consumo, funcionarios de São Paulo advirtieron que la próxima medida podría ser cerrar el suministro de agua para los consumidores por hasta cinco días a la semana, una medida que probablemente dure hasta que comience la próxima temporada de lluvias en octubre, si no más.

 Funcionarios estatales afirman que aún no han decidido si o cuándo implementar el racionamiento, en parte debido a que todavía esperan fuertes lluvias en febrero y marzo. De hecho, fuertes tormentas en los últimos días hicieron que los niveles de lagos suban un poco.

 Aun así, proyecciones independientes sugieren que la principal reserva de São Paulo, Cantareira, podría quedarse sin agua tan pronto como en abril si no hay una reducción drástica del consumo.

 Grandes hospitales en São Paulo están montando centros de tratamiento y reciclaje de agua en sus propias instalaciones, entre otras medidas, para asegurar que si se detiene el suministro regular de agua aún puedan realizar cirugías y otras tareas esenciales.

 En tanto, las empresas están compitiendo para asegurar entregas de camiones cisterna, que ya se han convertido en una visión cotidiana en las congestionadas calles de São Paulo.

 «Es como ver 10 litros en tu tanque de combustible y saber que no llegarás a la próxima estación», comentó Stefan Rohr, director de Medio Ambiente del grupo de la industria Ciesp en Campinas, un área metropolitana de más de tres millones de personas ubicada al norte de São Paulo.

 Industrias que usan mucha agua, incluyendo a embotelladoras, siderúrgicas y plantas de celulosa, hicieron hace tiempo planes de contingencia para abastecerse de agua con camiones cisterna o usar pozos subterráneos, lo que podría impedir un desastre económico mayor. (Reuters/ La Nación)