Beber agua antes de comer puede ayudarte a perder peso
Lo más adecuado es incrementar en nuestra dieta el consumo de vegetales frescos, fruta entera y, sobre todo, agua.
EE.UU. Es importante que evitemos el agua fría, ya que puede dificultar la digestión de los alimentos, el agua tibia, en cambio, nos sacia y nos ayuda a depurar el organismo. Si en estos momentos estás intentando perder algo de peso, seguro que habrás empezado por eliminar de tu dieta las bebidas con gas o azucaradas, así como los zumos de supermercado.
Lo más adecuado es incrementar en nuestra dieta el consumo de vegetales frescos, fruta entera y, sobre todo, agua. Debes saber que lo más adecuado es ir bebiendo pequeños sorbos a lo largo de nuestras jornadas y, ante todo, evitar beber, por ejemplo, dos o tres vasos seguidos. El estómago tiende a llenarse demasiado y no depura de igual modo nuestro organismo.
Hoy en nuestro espacio queremos enseñarte por qué beber agua antes de las comidas nos ayuda a perder esos kilos de más. Beber un vaso de agua antes de cada comida resulta más beneficioso de lo que pensamos. Y no lo decimos nosotros, lo avalan una serie de interesantes investigaciones donde se concluye con algo muy revelador: nos ayuda a perder peso.
La investigación se llevó a cabo en la Universidad de Birmingham y se publicó en la revista “Obesity” así como en el diario británico “The Independient“. En el experimento participaron 84 personas y se pudo comprobar que el sencillo acto de beber un vaso de agua (200 ml) antes de las comidas les permitió bajar entre 2 y 4 kilos en dos meses.
Los pacientes que formaron parte de este estudio llevaban además una vida activa. Se les recomendó evitar el sedentarismo.
Las personas que solo se limitaron a mejorar su dieta y a hacer algo de ejercicio perdieron entre medio kilo y un kilo. Aquellos que bebían un vaso de agua antes de las comidas, perdieron entre 2 y 4 kilos. La diferencia es notable.
El objetivo central es beber un vaso de agua nada más levantarnos, otro antes de la comida central del día y el último, antes de nuestra cena.
El resto del día podemos ir bebiendo pequeños sorbitos para evitar la deshidratación, pero los instantes clave son, sin duda, los momentos previos a las comidas.
Todos sabemos que beber agua es saludable y necesario para nuestro organismo. No obstante, en ocasiones nos cuesta, en especial si nos vemos obligados a beber sin tener sed. (Internet/ La Nación)