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Barcelona, pifiado por derrota de local

La imagen era patética. Máximo Banguera, Ismael Blanco y Brahian Alemán perdían su mirada hacia el piso, como buscando una explicación a la mala actuación en Libertadores.

GUAYAQUIL. Eran prácticamente las 17:30 y el estadio Monumental lucía prácticamente vacío. Sólo en las áreas de general, tribuna y en algunos palcos se veía gente. En tribuna el aspecto era casi desolador, mas, como comentó Carla García, de 23 años, que llegó al lugar a las 17:00 con dos amigos y tres primas.

Pero ese sacrifico no fue recompensado por parte de los dirigidos por Rubén Israel, que perdieron ante Libertad por la mínima diferencia (0-1), ésta anoche en el estadio Monumental Banco Pichincha por la segunda fecha del Grupo 7 de Copa Libertadores.

Mientras los jugadores toreros miraban al gramado, el poco público pedían la salida del entrenador uruguayo. Mientras que la Policía formaba una barrera para que los hinchas no accedan a la cancha.

La ira de los aficionados era justificada porque argumentaban que tanto en el torneo nacional como en el internacional su equipo no ha jugado bien.

El arquero Máximo Banguera era quien tenía más bronca interna por el gol que le convirtieron al minuto 78. Cuando Jorge Recalde aprovechó una confusión defensiva provoca y convirtió. Alemán, Lamas y Perlaza, no pudieron con el jugador visitante. Por eso, el meta guayaquileño era el más insistente de los toreros, por eso le pedía a sus compañeros que se apuren, pero no pudo.

Las imprecisiones eran permanentes entre los toreros. Y para corregir eso, el director técnico sustituyó a Marlon De Jesús, al comenzar el segundo tiempo.

Pero en el último cuarto de ahora parecía que todo el equipo estaba contagiado de la poca actitud que está caracterizado al equipo en este año.

Y no es que solo los toreros jugaron mal, Libertad de Paraguay tuvo algunas jugadas colectivamente que lo hizo ver superior a los locales. (DO/La Nación)