Opinión

Balzareño de corazón

Leonardo Escobar Bravo

leonardoescobarb@hotmail.com

A pesar de no ser el campesino de mayor producción ni ingresos en la zona, creo que puedo contarme entre los más comprometidos con la labor agropecuaria; no diré que más que nadie, pues esto no es una cuestión fácilmente cuantificable. Sin embargo, aquellos que me conocen, saben de mi naturaleza solidaria, y mi iniciativa por aconsejar y ayudar cuando es posible; ya sea en cuestiones agrarias, comerciales, políticas, sociales. El ser involucrado con los diferentes temas que aquejan o componen la sociedad creo que lo hacen a uno merecedor de reconocimiento; en mi caso como mejor agricultor (supongo que bien podría ser otro adjetivo), pero la profesión que se define en la zona de Balzar es la de agricultor, la gente de Balzar es una gente del campo. Y luego de haber estado relacionado a Balzar tantos años de mi vida, creo que puedo contarme como un balzareño más.

El agricultor, escucho, hoy que está profundamente preocupado, inseguro de su posición en la sociedad, abandonando su profesión y su difícil libertad de labrar el campo (porque no es fácil la siembra y cosecha), por una esclavitud en la ciudad que lo hace infeliz pero le paga las deudas.

Hay que recordar la importancia de los campesinos, sin los cuales no hay comida en la mesa. Y hacer esto no es realmente complicado, solo se necesita que los intermediarios, compradores hagan a un lado su prepotencia y paguen precios justos, y que, y esto es lo más importante, quienes labran la tierra se armen de orgullo y exijan lo que les corresponde. En lugar de invadirse o irrespetarse las tierras, de robarse mercancías, asóciense, comuníquense, acuerden juntos sus derechos y demándenlos. Dice el dicho popular: juntos somos más fuertes; y no es mentira.

Hoy Balzar, y el Ecuador entero, pasan por un difícil trecho, y con la corriente de El Niño no parece que va a suavizarse. Por ello, es de vital importancia que se hagan escuchar. El país entero está en una crisis, y Balzar es duramente golpeado por la inestabilidad, y eso hace que sus bolsillos se queden más vacíos, porque no permiten que el organismo civil avance de manera regular.

Ustedes los balzareños exijan su derecho a una estabilidad y progreso. Estos días por deseos personales, por caprichos, estamos en el cuento de que se va o no se va el alcalde. ¿Qué pasó años atrás cuando se iban y venían presidentes? Quieren que ese espectro regrese para atormentar sus vidas; yo no. No olviden que las autoridades son escogidas para representar los intereses de ustedes, los votantes, no para perseguir, puramente, agendas privadas.

Entonces, si esto último se interpone en sus deberes y en el interés popular, algo no se hace bien, y le toca a los votantes recordar que lo que quieren es poder trabajar, y que la diligencia es lo que esperan en los tramites diarios. Reclamen por su derecho, y no lo hagan mansos y con la cabeza gacha; cabréense, que si no, no se les presta atención. Al ecuatoriano común se lo ha pisoteado tanto en la historia, que tiene miedo de involucrarse, y por no involucrarse es que los que se juran más sabidos hacen lo que quieren. No se ve eso fácilmente en las naciones de primer mundo, porque sus gentes tienen un fuerte sentido de la participación civil, y claman por su seguridad y prosperidad. Aquí también necesitamos eso, y es por nuestro propio interés, para que podamos trabajar diariamente y pagar por nuestra vivencia.

Se nos echó del paraíso por la ambición desmedida, por la arrogancia, el apego mal dirigido, y nuestras vidas son una lucha para recuperar esa felicidad, y esa felicidad no la alcanzan con actitudes derrotistas y pesimistas, la felicidad no la logran dañando a sus conciudadanos porque les tienen envidia, celos; ese tipo de actitudes patéticas los lastiman a ustedes a nivel psicológico, los mantiene emocionalmente insatisfechos, y se preguntan porque andan de mal genio, y además perjudican al prójimo, estorban el desarrollo civil, y quieren comulgar o darse de gente decente.

Compañeros y compañeras de Balzar, todos los triunfos nacen cuando decidimos persistir. Juan Macías Guerra autor del himno balzareño nos dice “…la tierra fértil y generosa, al impulso del trabajador creador salió la balsa, madera preciosa, que te dio el nombre, emblema del honor Balzar. Dice también “…Balzareño que nadie pretenda mancillar el honor de tu suelo que tu brazo robusto lo defienda y tu protesta se escuche hasta el cielo.

Cuando hablo de nosotros los agricultores y ganaderos de mi Ecuador, no tengo prisas, y al contrario, soy feliz de participar de sus anhelos y aspiraciones, y mejor si soy parte de las soluciones de los campesinos.

“Cuando nosotros, los agricultores, estamos bien, el país está bien. Cuando nosotros, los agricultores, estamos mal, el país está mal”.

Gracias Balzar por tus agradecimientos, gracias por permitirme invocar al diálogo por la paz y la justicia.

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