Opinión

Aquellos carnavales del globito Zaruma

Eduardo Bossano

elnegrobossano@yahoo.com

Hola lectores de La Nación listos para celebrar las fiestas de carnestolendas, aquellos carnavales que van quedando guardados en el Baúl de los Recuerdos, aquellos carnavales del globito Zaruma y del furibundo grito…. “échale un polvito”…. “agua carajo”, ambas expresiones se han ido perdiendo en el tiempo ya nuestros nietos no saben lo que era el carnaval con agua, de pronto los viejos de la casa se deciden a mojarlos y enseñarles nuestras ancestrales costumbres, aquellas donde la familia junto al irrigador , llenaban entre risas los globitos para los menores, para quienes no conocieron este aparato medieval llamado irrigador, aquel era un instrumento de hierro que además de servir para llenar los proyectiles, era usado por nuestros mayores para inflarnos la panza con agua y jabón y limpiarnos las tripas, para quienes no conocieron el artefacto, es un jarro de hierro enlozado, donde se conectaba una manguera y en la punta la cánula maldita, que nos la introducían por la tierra de nadie hasta que se nos llenaban de agua los ojos.

Hoy en día quedan pocos globos, los Zaruma que parecían de caucho no los he visto, las lavacaras y el irrigador son parte del museo del Banco Central, el grito de “agua carajo” también paso a la historia, jugar con agua representa algunos días de cana y una multa adefesiosa, hoy los carros alegóricos las flores y las comparsas reemplazaron el salvaje pero divertido juego de carnaval.

Hagamos una retrospectiva de los carnavales: nuestros abuelos aquellos que están hechos polvo jugaban con cascarones de cera que los llenaban de agua perfumada y con esa caballerosidad representativa de nuestros ancestros, se reunían en las casas de las amistades o de las familias y entre mistela y mistela se iban de cuá cuá con las peladas de aquel entonces, diciéndoles con toda la cultura del caso ”me permites echarte un polvito”, frase que hoy dicha puede ser muy mal interpretada, se jugaba con serpentinas y con talco oloroso es decir dentro de la salvajada siempre existía la delicada presencia del carnaval de antaño.

Ya nuestros padres y nuestra generación nos gustó el juego más desenfrenado, hagámosle cerebro de cuando éramos niños…..era todo un proceso…..

A.- Se reunía la familia y mojados hasta el tuétano empezaban a llenar los globitos, todos participaban, unos con la terrible cánula otros en las llaves de agua de toda la casa.

B.- Se llenaban lavacaras de globos y se abrían las chazas a cierta hora del día y con las familias vecinas empezaba una guerra de agua muy divertida que duraba hasta después del almuerzo tipo 5 de la tarde.

C-Se salía a la calle con un pañuelo amarrado donde iban algunos globos y se caminaba por 9 de Octubre en algunos casos, buscando a quien impactar con los proyectiles.

D.- El tercer día de carnaval se convertía realmente en algo salvaje la euforia llegaba a su punto, cuando estuvimos adultos, ya no solo se empleaba agua, talco, salsa de tomate, café, huevos y todo lo que había en el refrigerador, la harina se la utilizaba con maldad para que las féminas de pelo largo se laven el “cabelio” con jabón azul ya que en ese entonces no había shampoo.

En fin, esas fueron las costumbres de este país, hoy el carnaval se ha culturizado lo que me parece muy bien, las comparsas llenan las calles y se ha convertido en una fiesta de mucho color, pero que bonito es jugar carnaval con la familia y los amigos, así que prepárense para pegar ese grito de guerra….aguaaaaa caraajjoooo…que los disfruten….ah y no se olviden de aquel que decía…”déjese echar un polvito”

El baúl de los recuerdos by Eduardo «el negro» Bossano