Ana Lluch: “Diagnosticar el cáncer es más importante que tratarlo”
Los que conocen a la doctora Ana Lluch, nacida en Valencia en 1949, pero criada en una localidad cercana, Bonrepos, confiesan que son muy afortunados. Amigos, compañeros, pacientes y alumnos coinciden en destacar el magnetismo que desprende esta catedrática, referente de la lucha contra el cáncer desde el Hospital Clínico de Valencia, donde ejerce como jefa de Hematología y Oncología. Firme defensora del sistema público, ha rechazado ser consejera de Sanidad, porque prefiere la asistencia a sus pacientes. Lluch dirige, además, la unidad de investigación de biología en cáncer de mama del INCLIVA, fundación adscrita a la Universidad de Valencia.
La identificación y evaluación de los marcadores tumorales en el cáncer de mama ha sido uno de los logros de esta investigadora formada en diferentes centros europeos y americanos como el prestigioso Anderson, de Houston, donde sigue colaborando. “Tiene todas las cualidades fundamentales de los grandes médicos; tolerancia y capacidad de colaboración, una preparación excelente, dedicación, imaginación e inteligencia, y una gran pasión por conocer los mecanismos de funcionamiento de los seres vivos y de los procesos patológicos”, ha dicho de ella el investigador Juan Viña. La especialista, partidaria de proporcionar información clara y accesible a las pacientes, es coautora de varios libros que explican la enfermedad: ¡Siéntete bien! (Náuseas y vómitos bajo control), Cuéntamelo y ¡Ánimo, pálante!
Pregunta. ¿Comprender el origen genético del cáncer, para qué ha servido?
Respuesta. Ha sido uno de los mayores avances. Conocer todas las alteraciones ha cambiado todo; el tratamiento, la investigación y el diagnóstico. Y que las cifras de curación hayan crecido. Todos los cánceres son genéticos, que no quiere decir que sean hereditarios. Significa que provienen de una alteración. Se producen mutaciones en los genes y eso provoca la enfermedad. En los hereditarios, se llaman alteraciones germinales porque están en las células progenitoras, están contenidas en el mensaje genético. En el cáncer de mama, solo del 5% al 10% es hereditario; son las pacientes que no expresan relación con las hormonas ováricas. Nos ayuda a tratar el cáncer de una manera determinada y con unos fármacos que hoy sabemos que pueden ser más útiles para ese tipo de enfermedad. En las hijas que pueden tener ese gen, hacemos la determinación, y si lo tienen alterado, podemos decirles con muchas probabilidades que a lo largo de su vida, en el 70%-80% de los casos, pueden desarrollar un cáncer de mama o de ovario. Por eso el consejo, sabiendo que tienen el gen pero no han desarrollado la enfermedad, es hacerse una cirugía profiláctica, quitando las glándulas mamarias, o cuando ya ha cesado el periodo de reproducción, realizar una ovariectomía, extirpación de uno o ambos ovarios.
P. Como el caso de Angelina Jolie.
R. Cuando la actriz se sometió a esa intervención, en la Unidad de Consejo Genético ya determinábamos el tipo. Aquí vemos a familias completas para averiguar qué genes tienen alterados. La gran suerte es que este programa es de salud pública y existe en cinco hospitales en la Comunidad Valenciana. Estudiamos a poblaciones completas que todavía no han desarrollado la enfermedad. En hombres: próstata y colón.
P. ¿En qué nivel se encuentra la investigación en nuestro país?
R. España y la Comunidad Valenciana tienen un nivel extraordinario en el diagnóstico de las enfermedades oncológicas y su tratamiento. Cualquier paciente tiene lo que precise. Luchamos para que tengan lo mejor. En la Comunidad Valenciana, además, tenemos la gran suerte de poder aplicar aquello que necesitamos para el paciente que lo precisa a través del programa de evaluación y seguimiento de los medicamentos de alto impacto sanitario y económico (PAISE). Un comité de expertos decide qué pacientes pueden utilizar fármacos no disponibles por su alto coste o porque los trabajos que lo avalan no están totalmente validados. Tenemos la mejor sanidad del mundo. Y tenemos que saberla conservar.
P. ¿Mejor que los americanos en diagnóstico y tratamiento de cáncer?
R. España no tiene nada que envidiar a Estados Unidos ni a ningún país de Europa en determinar y tratar el cáncer. Hoy en día diagnosticar el cáncer es más importante que tratarlo. La investigación y la asistencia oncológica tienen unos niveles muy importantes a pesar de que no hemos tenido el soporte necesario para investigación y a veces hayan fallado los medios económicos para investigar. Las redes hospitalarias que se han creado son fundamentales. Si un hospital no cuenta con tratamiento, o es mejor, se remite allí el paciente. Los medios digitales proporcionan colaboración total. Hoy mismo me han preguntado si había algún tratamiento nuevo en marcha para un paciente determinado. El ejemplo en esta colaboración es el cáncer de mama: estamos interrelacionados, compartimos conocimiento, intercambiamos tratamientos.
P. En el hospital Clínico realizan ensayos clínicos en la primera fase de investigación del fármaco.
R. Así es. Y por eso los centros de investigación deben reunir unas características especiales para administrar el tratamiento. Los pacientes deben saber que van a tener los mejores medios en la sanidad pública. Las unidades en fase 1 experimentan en pacientes con fármacos que todavía no existen y que tardarán 4 o 5 años en estar disponibles.
P. ¿Hacia dónde van las líneas de investigación?
R. Hoy son muy importantes las terapias inmunes. Muy eficaces en los melanomas de la piel. Hasta hace poco no había nada efectivo para ellos, solo la quimioterapia. Hoy sabemos que no es buena para ese tipo de cáncer. Sabemos que son cánceres inmunogénicos. Con la quimio matamos las células metiendo fármacos químicos en la vena. La inmunoterapia consiste en administrar algo que ayude al organismo a ponerse en contra de las células del tumor. El cuerpo crea las defensas contra esa célula alterada del tumor. Es un tratamiento nuevo. Los fármacos estimulan nuestro sistema de defensa, nuestro sistema inmunitario, para atacar las células del tumor, células que se han convertido en extrañas para el organismo. Es lo más avanzado en cáncer, sobre todo en melanoma. Ha sido un gran avance en oncología.
P. Es un cambio radical de tratamiento.
R. Así es. Los cánceres de pulmón tenían diagnósticos en fases demasiado avanzadas, con un pronóstico nefasto. Hoy, no los curamos, pero tenemos pacientes supervivientes de largos años con inmunoterapia. Pero, para eso necesitamos diagnósticos concretos; el tumor debe tener unas características que le hagan sensible a este tipo de estímulo inmune. En cáncer de mama también tenemos hoy tratamientos con inmunoterapia, que se encargan de hacer que nuestro organismo reaccione contra esas células tumorales extrañas para nosotros.
P. Evitar la quimioterapia ya es un éxito.
R. Recuerdo que cuando empecé a tratar, hace más de 30 años, dábamos quimio a todas las pacientes. Al 100%. Estábamos convencidos de que era lo más eficaz junto a los tratamientos hormonales. Hoy hay más de un 40% de mujeres que se operan y que no precisan quimio. Esto es muy importante también Gracias a las técnicas de biología molecular, que están disponibles en la medicina pública.
P. De la que usted es una gran defensora.
R. Procedo de una familia donde los recursos no sobraban y he tenido muy claro hacia dónde quería dirigir mi lucha y mis esfuerzos. Que la medicina pública, la que todos tienen a su alcance, sea la mejor posible. Cuando empecé a utilizar estas plataformas genómicas, así es como se llaman, no las pagaba la sanidad pública porque eran muy caras, y tuvimos que convencer a los políticos, a los gobiernos, de la necesidad de hacer esta determinación genómica a todas aquellas mujeres que lo precisaran, que no eran todas. Hoy gracias a eso, si lo justificas, se paga, Y con un tratamiento hormonal es suficiente. Que más del 40% de los pacientes no reciban quimioterapia, con todos los efectos secundarios que conlleva, es muy importante.
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