Alzheimer: las emociones se mantienen pese a perder la memoria
Los pacientes con alzheimer pueden sentir emociones pese a olvidan el motivo que las causó.
WASHINGTON. El estudio dirigido por Edmarie Guzmán-Vélez, señala que aunque los pacientes no puedan recordar una reciente visita de un ser querido o que no los cuidaron como era debido, esas acciones pueden tener un impacto en sus sentimientos.
«Es un mensaje muy claro», afirmó la investigadora, que destacó la importancia de que los familiares y los cuidadores aprendan a comunicarse con el paciente con alzheimer para inducirles emociones positivas.
“Quizá no recuerde que lo llevaste a comer su comida favorita o que lo llevaste a ver su película favorita, pero ese momento de felicidad, ese sentimiento positivo va a permanecer», aseguró Guzmán-Vélez, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en psicología clínica en la Universidad de Iowa.
«Y más aún si se le grita o pasa algo que le haga sentir triste, ese sentimiento va a permanecer durante tiempo, lo que significa que es sumamente importante que dediquemos tiempo a tratar de promover emociones positivas y minimizar lo máximo posible las emociones negativas», agregó.
El equipo de investigadores de la Universidad de Iowa mostró a 17 personas sanas y 17 con la enfermedad de Alzheimer fragmentos de películas tristes y alegres, que desataron emociones como risas y lágrimas.
Unos cinco minutos después de ver las películas, los investigadores entregaron a los participantes una prueba de memoria para ver si podían recordar lo que habían visto.
Como era de esperar, apuntan los investigadores, los pacientes con enfermedad de Alzheimer retuvieron significativamente menos información sobre las películas. De hecho, cuatro eran incapaces de recordar cualquier información fáctica sobre las películas y uno ni siquiera se acordaba de haber visto el filme.
Sin embargo, los pacientes fueron capaces de tener un sentimiento sostenido de alegría o tristeza hasta por un periodo de 30 minutos después de haber visto la película, más allá de la capacidad de su memoria para recordar qué es lo que le causó esa emoción.
«Esto confirma que la vida emocional de un paciente de alzheimer está viva», afirmó la investigadora, que destacó las implicaciones directas que tienen estos hallazgos para enseñar a los cuidadores a mejorar el trato con estos pacientes.
Para Guzmán-Vélez estos hallazgos «deberían animar a los cuidadores, mostrándoles que sus acciones hacia los pacientes son realmente importantes».
Las visitas frecuentes, las interacciones sociales, el ejercicio, la música, la danza o las bromas «son todas cosas simples que pueden tener un impacto emocional duradero en la calidad de vida de un paciente y el bienestar subjetivo».
En Estados Unidos se calcula que la enfermedad de Alzheimer afectará a 16 millones de personas en 2050, sin que todavía se haya encontrado ningún fármaco que haya tenido éxito en prevenir o influir sustancialmente en la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa.
Guzmán-Vélez condujo el estudio con Daniel Tranel, profesor de neurología y psicología de la Universidad de Iowa, y Justin Feinstein, profesor asistente en la Universidad de Tulsa (Oklahoma) y del Laureate Institute for Brain Research. (Efe/La Nación)