Opinión

Alejandro Spooner: De Barbados a Ecuador

Silvio Devoto

sidepaderby@hotmail.com

Querido por todos, el popular “papalejo” se manejó bien en Guayaquil desde su arribo a Ecuador en la primera década del siglo veinte.

Ciudadano británico venía de su natal Barbados en busca de probar fortuna igual que muchos otros emigrantes y encontró en el turf la opción que le permitiera mostrar sus conocimientos y por sobre todo su gran apego al trabajo y su honestidad a toda prueba.

Muy pronto comenzaron sus triunfos con caballos a su cargo y lo encontramos triunfando en las carteleras de 1921 con Jack, Aluvión, Danilo, Oro, Inglaterra y muy especial con SOISSONS, el campeón nacional que puede ser considerado el primer gran ídolo ecuatoriano llegando con sobra de merecimientos al primer lote para correr de igual con los importados que lucían sus pergaminos en nuestras pistas.

En épocas más cercana, los años treinta, figura con su corral ubicado en las calles Ecuador y Coronel, mencionándose entre los ejemplares a su cargo a DIAPASON, EL PRECIOSO Y GOOD MARY, de las caballerizas “Belleza”, “Los Ríos” y “Colombia”.

Fue un hombre que se ganó el cariño y respeto de todos por su educación y porte caballeroso, respetuoso de sus colegas de profesión, propietarios, periodistas, público en general por lo que está en el recuerdo de todos.

Afortunados como somos, uno de sus nietos nos hizo llegar una copia del pasaporte y de la residencia a él concedida por el Gobierno Ecuatoriano a los treinta y cinco años de permanencia en el país.

Profesionales de esta categoría son los que en su momento hicieron grandes a nuestro turf.
SU DECENDENCIA CONTINUA

Su nombre es JORGE LANDABURU SPOONER, nieto de “papalejo” y es asistente puntual a las tardes de carreras del Buijo, igual que hace más de siete décadas cuando fuera por vez primera al antiguo Jockey Club de la mano de su abuelo don ALEJANDRO SPOONER, el recordado abuelo.

Dueño de una maravillosa y envidiable memoria, Jorge recuerda con profunda emoción a los grandes caballos, verdaderos campeones, que vio correr en los varios hipódromos ecuatorianos, entregándonos fotografías del primer ovalo de carreras en Salinas.

Con gran nostalgia evoca los nombres del extraordinario GRAND GAMIN, PALERMO SENADOR, DON CALDERON, PACKARD CLIPPER y SOÑADOR, a su juicio los mejores del hipódromo de la calle Guaranda, “donde lucieron jinetes de la talla de Francisco Alencastro, Virgilio Chávez, Calixto Pombett, Abel Vaca, Segundo Luque, Eliseo Dillon, Walter Carrión, nacionales todos, junto a extranjeros de primerísimo nivel como Viterbo Carrasco, Tiburcio Tapia y tantos otros que dictaban verdaderas cátedra de cómo conducir un puro de carreras”. Precioso, Soñador, Billy Bunker y Pilcomayo estuvieron alguna vez a su cuidado por ser entrenados por su abuelo.

“Del hermoso Santa Cecilia me vienen a la mente el sensacional PETER FLOWER, el linajudo CAPO DI MONTI, dueño del record nacional de los dos mil metros, ABALHARO, MAR NEGRO y los “rones” de Don Benjamín Rosales Aspiazu, FANFARRON, MARRON y FARRON.
Recuerda la visita de LEGUISAMO en 1966 conduciendo a Atahualpa que entrara segundo de JARDENIA, otra grande en la historia de nuestra hípica”.

Le parece que el nivel de la monta ecuatoriana ha bajado mucho añadiendo “los muchachos de ahora no escuchan consejos de los mayores, creen saberlo todo y no progresan”.

“En el hipódromo de Mapasingue lucieron látigos de exportación como Eduardo Luque, Leonardo Mantilla, Jesús y Enrique Yánez, Cesar Escobar que se midieron e igual a igual y hasta superaron a figuras del sillín como Oscar y Lucho Bravo, Raúl Salazar, Antonio Araya, Bernardo García, Santiago Calle, José Talavera, Lucho Cáceres y Mario Catalán”.

“En Buijo han corrido grandes caballos como MY WAY, TROPICAL NASHUA, SPEEDY CONTRACT, SPEEDY RASPUTIN, DIGNIFY, LEVADIZO y varios más que bien pudieron rivalizar en su época con los mejores del Jockey Club y Santa Cecilia”.

De los nacionales recuerda a SPARKLE, SEÑORITA, MACANUDO y CONE, autores de grandes jornadas ante los mejores extranjeros que corrieron en nuestro hipódromo.

Don Jorge evoca a su abuelo ALEJANDRO, el nativo de Barbados que se ganó el cariño y el respeto de los aficionados hípicos del viejo Jockey Club por su capacidad profesional, honestidad y principalmente por su don de gente que lo llevo a trabajar con los más importantes propietarios de caballos de la época.

Hoy, con su clásica boina, está siempre en la popular disfrutando el deporte de su querencia, heredero sin duda alguna del recordado “papalejo”, su abuelo. (TOMADA DE LA REVISTA EL DERBY)

Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor.