ADIOS A FERNANDO BOTERO…UN COLOMBIANO UNIVERSAL…!
Por: Mario Ponce Lavalle – Quito
El 15 de septiembre de 2023, se apagó para siempre, la vela que iluminó durante muchos años, la prolífica producción del arte inconmensurable que emanaba de la mente y de la sensibilidad de Fernando Botero: un artista universal…
Dibujante consumado, pintor reconocido e invitado durante más de 60 años a exponer en las más importantes salas y galerías de exposición en el mundo, y escultor monumental con sus incomparables “gordas” de impecable ejecución en bronce, cuyas gráciles curvas fueron admiradas y reconocidas a través del orbe, para gloria de Colombia, de la cual Botero fue un tácito embajador, sin nombramiento…
Oriundo de una familia de muy escasos recursos, en la quebrada geografía de aquella Antioquia ancestral, bella e incomparable con su verde profundo, con olor a café, de carriel en bandolera, y con aquel sabor incomparable de los clásicos fríjoles con chicharrón, Botero fue un genuino “Paisa”, al que estas reminiscencias inspiraron y acompañaron por siempre en su obra; a partir de los lejanos años de su formación, en su Medellín natal, a la sombra de aquellos inmensos árboles del Parque Bolívar…
Siendo 1992 -año en el cual se celebraban los 500 años del descubrimiento de América- y estando de paseo en París, pudimos apreciar junto a mi esposa, y a otra pareja de colombiano casado con ecuatoriana, un “homenaje subliminal” que le hiciera la ciudad luz a Botero, como hispano americano singular: exhibir al menos 30 de sus inmensas y preciosas “gordas” en bronce, a lo largo de los míticos Champs-Elysées, desde la Plaza de la Concordia, hasta el Arco del Triunfo; y a semana seguida, exponer en solitario ! nada menos que en el Petit Paláis…! sus pinturas figurativas, con motivos típicos de aquella Colombia ancestral y profunda, que incluyeron -entre otros- temas como la serie taurina “La Corrida”, otra de las pasiones que acompañaron y practicó en algún momento, Botero en sus años mozos…
Fue muy generoso con Colombia Fernando Botero; pues donó para Medellín y Bogotá -por igual- no solo una cantidad apreciable de su propia obra -cuyas pinturas se valorizan en millones de dólares cada una, y sus esculturas ni se diga- sino también, de su extensa colección privada que llegó a poseer, y que hoy, exhiben orgullosas este legado, en sendos museos…
Esa colección privada, acrecentada durante muchos años por el Maestro, y escogida con infinito celo por el mismo, incluye obras de Picasso, Matisse, Toulouse Leutrec, Dalí y muchos otros de ese mismo nivel superlativo…así que, imaginen ustedes si no fue una donación por demás generosa, que vale la pena verla en cada una de estas ciudades de Colombia…
Para cerrar este pequeño homenaje a la memoria y grandeza de Fernando Botero, va ahí una anécdota:
Vivió aquí en Quito, hasta hace no muchos años atrás, un ingeniero constructor colombiano, llamado Darío Valencia, con cuya amistad me honré.
Darío en su juventud, no solo fue un amigo muy cercano con Fernando Botero, sino que fueron compañeros de vivienda durante su época universitaria… Y contaba Darío, que en la aguda escasez de dinero que los dos padecían, la de Darío era un poquito menor que la de Botero… y por tanto, de cuando en cuando, Botero “le pagaba estos préstamos que sumaban cientos de pesos” a Darío, con unos dibujos…de los cuales Darío decía: “…eran algo desproporcionados y medio exagerados en su volumen…” jajaja, era gracioso como lo contaba…! y así, a su disgusto, recibía este “pago” pues el necesitaba el dinero físico, para sus necesidades de estudiante…!
¡Pues bien…! llegó Darío a acumular 8 de ellos…! y según contaba, con solamente uno -de los últimos que conservó- se pudo construir una linda casa aquí en Quito…! ¡Imagínense el tesoro que Darío tenía en sus manos, durante tantos años…!
¡Que descanse en Paz el Maestro Fernando Botero…Latinoamérica ha perdido a su más célebre artista contemporáneo! un colombiano universal…!