El defensor Gabriel Achilier, uno de los jugadores más regulares en las formaciones de Emelec durante la temporada

A sus 29 años, y con grandes ambiciones, Gabriel Achilier se confiesa maduro, centrado en su carrera y dispuesto a extender el buen momento que atraviesa en Emelec, equipo que consiguió su onceavo título nacional este año.

La historia de Achilier es como la de la mayoría de los jugadores. Empezó a jugar en su tierra natal Machala, en campeonatos escolares y barriales. Luego participó en campeonatos de Segunda Categoría con el Oro Fútbol Club.  Pero su corpulencia y estatura lo llevaron a vincularse al Deportivo Cuenca en el 2007.

Un año más tarde defendió al Deportivo Azogues. Y en el 2009 pasó a Emelec y se convirtió en el tercer Achilie en vestir la camiseta del ‘Ballet’ azul. Antes lo hicieron su padre -Óscar- y su tío -Jimmy (+)-, quienes también fueron defensas en la década de los ochenta. “Creo que no es coincidencia, eso ya es una marca de familia.  Además mi hermano –Wilmer- también juega”.

Gabriel, cuyo apellido, no es Achilie, sino Achilier, debido a un error tipográfico del Registro Civil, reconoció que para afianzarse en el fútbol profesional tuvo que pasar por momentos duros.   Cuando estuvo en la sub 20 del equipo morlaco recuerda que vivía en un cuarto muy pequeño en unas condiciones terribles. “Comíamos cachitos con cola para pasar el hambre, guineo con leche con pan, con eso nos calmábamos el hambre”.

Achilier, a quien muchos le dicen que es “Hijo del Diablo” por el apodo que tenía su progenitor, se ha convertido en un referente de fe para los sus compañeros de equipo. Es un vehemente lector del Nuevo Testamento y lo usa en las concentraciones para eludir la presión. Siempre aconseja a sus compañeros diciéndoles que privilegien el descanso y las horas de sueño por la exigencia física que demanda el fútbol.

Achilier, jefe de familia lo describe su esposa Marly Romero como “buen padre y esposo”, dice. Casados desde hace casi ocho años. La pareja han formado una sociedad de amistad y comprensión. “Tengo una gran familia. Ellos siempre están pendiente de los que hago”, cuenta. ‘Gabo’ como ella lo llama. Tienen tres hijos Samuel, Caleb y Gael.  Reconoce que es su cónyuge es la “mejor asesora que tiene. Soy de las personas que consulto mucho con mi esposa” afirma.

Gabriel además de su familia, pasa gratos momentos con el pastorHéctor Zapata (ex jugador de inferiores de Emelec e hincha azul)  predicando el  evangélico desde hace uno seis años. “Entregarme a Dios es la mejor  decisión que he tomado, de la cual no me arrepiento de nada, estar en el camino del señor me ha alejado de muchas cosas, me ha cambiado plenamente la vida”.

Este hombre de hablar pausado y meditado, también se confiesa amante a los deportes extremos. Incluso que se compró una bicicleta de BMX para algún día dejar de ser solo un espectador y lanzarse a la aventura. Pero resalta que trucos no puedo hacer todavía, “cuando haya tiempo a lo mejor me salen”, indicó.

Este es el Gabriel Achilier que se ha ganado el cariño de la fiel hinchada “azul”. Un hombre más sereno. Un hombre que se convirtió en un referente dentro de la escuadra de Emelec. (DO/La Nación)