Barcelona y Emelec miden hoy sus fuerzas en el estadio Monumental, en la tercera edición del Clásico del Astillero de esta temporada.

Ambos equipos llegan a estas instancias en buena posición. Barcelona va primero en la tabla con 10 unidades, mientras que Emelec se ubica quinto con 7. Si gana los eléctricos les quita el liderato a los toreros con el gol de diferencia.

Este Clásico será el número 204 en la historia de los  enfrentamientos por campeonatos nacionales.

La13ª fecha del torneo arrancó el viernes con los partidos Mushuc Runa- Independiente, en el estadio Bellavista de Ambato; Universidad Católica -Emelec, en el Atahualpa, Liga de Loja –Manta, Deportivo Quito – Olmedo y Liga de Quito – Deportivo Quito.

Máximo Banguera jugará su clásico número 12; Esteban Dreer quiere la tercera victoria de esta temporada.

Banguera y Dreer, guardametas de Barcelona y Emelec, analizan sus equipos y hablan de cómo están horas antes del Clásico, el tercero de esta temporada.

Para Máximo el encuentro de hoy es diferente. Sabe que Barcelona pone en riesgo el liderato en la tabla frente a su eterno rival y ese factor representa un incentivo adicional. Aunque, según el canario, ese aspecto queda en el olvido cuando él centra su pensamiento en el duelo contra los eléctricos.

“Nosotros no pensamos en eso. Jugar en Barcelona significa estar presionados siempre y con la obligación permanente de vencer. Todos los jugadores asimilamos el lado positivo de esa situación. Cada Clásicos tiene un reto especial, más allá de haber ganado o perdido el anterior.  Siempre está presente esa alegría que se le puede brindar al hincha barcelonista cuando se consigue un triunfo ante Emelec”, explica el arquero torero.

El guardameta torero tiene un aliciente más. El equipo torero viene de ganarle a Libertad de Paraguay, por Copa Sudamericana. No duda en confesar su felicidad al saber que el equipo está cerca de conseguir su pase a la siguiente etapa del torneo sudamericano, pero también anticipa que “eso está en stand bay”, ya que primero tiene que jugar el clásico y luego en la Sudamericana”.

Con sus actuaciones, Máximo Banguera ha conquistado el lugar que hoy tiene en Barcelona. Sus casi seis años en el club lo han convertido en un símbolo por su liderazgo y personalidad. Pero él prefiere desviar al tiro de esquina el tema y atribuye el momento que vive Barcelona al trabajo del técnico Rubén Ismael  y al resto de la plantilla barcelonista.

Banguera reflexiona e indica que “la actitud, el buen fútbol y los movimientos que estamos perfeccionando en defensa y ataque” han permitido que su equipo se convierta en puntero y candidato a ganar esta etapa.

Se entusiasma cuando habla del enfrentamiento de hoy. “Significa mucho para el Ecuador. Es un partido que mantiene a la expectativa a todo el país”. Por eso quiere que el Clásico se convierta en una gran fiesta para la afición barcelonista.  Habla de los argumentos que pueden llevar a su escuadra a la victoria: Tenemos futbolistas muy desequilibrantes que en cualquier momento marcan goles”.

También comenta en voz alta algo de lo que parece tener mucha certeza: la hinchada llenará el Monumental “para alentarnos hasta el final”.

Esa misma confianza, seguridad y decisión demuestra al custodiar el arco de Emelec, Esteban Dreer en la forma de hablar del argentino –ecuatoriano cuando opina sobre el Clásico.

No se expone a la ansiedad. El sentimiento que lo invade antes de un partido como este  es la motivación y también la tranquilidad, porque “los que vamos a participar en este encuentro sabemos lo que nos jugamos (la punta) y lo mejor es estar concentrados y brindar un buen espectáculo”.

El guardameta azul reconoce que Barcelona está en un buen momento, “pero Emelec también. Nos jugamos la punta y por ser un clásico será un partido aparte y parejo”.

Dreer domina su memoria como sus reflejos, por eso precisa que durante las temporadas que ha actuado en Ecuador “he jugado algunos clásicos” y que “este año hemos ganado los clásico y eso es suficiente para salir por otra victoria”

Su destacada defensa de la portería azul le ha permitido ganarse el aprecio de la afición azul, pero él no se siente un ídolo, “porque no he ganado nada aún, pero sí me he brindado y he tratado de dar lo mejor de mí”.

“Este clásico significa mucho para la gente, hacen que la gente se encariñe con uno u otro, por eso voy devolver ese cariño a la hinchada jugando al máximo”, recalca. (DO/La Nación)