DRAGADO CONFLICTIVO
Antonio Aguirre Medina
antonioxaguirre@lanacion.com.ec
Desde que el quinto Gobierno del Dr. Velasco Ibarra (1.968 – 1.972) cedió lo que hoy llaman competencia al Consejo Provincial del Guayas actualmente Prefectura Provincial o Gobierno Provincial del Guayas, que en esa época era presidido por el Sr. Assad Bucaram nunca más se volvió a dragar el Rio Guayas, este atraso ha ocasionado que se formen islotes y se sedimente en el lecho del majestuoso Rio Guayas, hoy en día su dragado está calculado en 60 millones de dólares inversión necesaria para permitir mayor caudal e impedir futuras inundaciones.
Todo esto debido a la falta de previsión y descuido de todos los ex Prefectos Provinciales. Me parece correcta la posición del actual Prefecto Jimmy Jairala de realizar la obra. Tanto o más importante que el Dragado del Rio Guayas es el dragado del canal de acceso al Puerto de Guayaquil, que es vital para el comercio y desarrollo del país, la obra siempre fue rezagada y nunca se sabe qué precio va a costar por las novedades que se pueden presentar en el desarrollo de la obra.
Mientras me desempeñe como Gerente General de Autoridad Portuaria en el año 1.999 me propuse impulsar el dragado del canal de acceso y los muelles del Puerto, la obra se adjudicó en dólares $4.300.000 aproximadamente y su presupuesto referencial era de $5.200.000, situación transparente y poco usual de que la adjudicación sea menor que el valor referencial.
Se cumplieron con todos los estudios de batimetría, se determinaron los metros cúbicos a remover y lo más importante fue el estudio de impacto ambiental hecho en el Ecuador y confirmado por una prestigiosa Universidad Norteamericana, además, se utilizaría una draga con el sistema de succión en marcha que es más amigable al medio ambiente que las dragas de cortador o de cucharon
Esta obra tuvo la total oposición orquestada por la Cámara Nacional de Acuacultura, secundada por las todas las Cámaras de producción excepto la Marítima y por la Junta Cívica de Guayaquil, aducían en aquella época que la remoción del sedimento ocasionaría el desarrollo de la Mancha Blanca situación desmentida en el informe de impacto ambiental que determinaba que los principales contaminadores eran los propios camaroneros, también teníamos conocimiento que ellos importaron de Panamá en avionetas particulares larvas contaminadas que iniciaron el brote de la enfermedad. Movieron cielo y tierra consiguiendo detener el proceso una vez adjudicado, en aquella época no intervino en favor del dragado el Municipio, el Consejo Provincial, la Junta Cívica y ninguna de las Cámaras.
Años más tarde se inicia un nuevo proceso supervisado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de U.S.A. (que después fue criticado de fallas técnicas en los diques de la ciudad de New Orleans que ocasionaron las inundaciones que produjo el Huracán Katrina). En esta ocasión si contaron con el Apoyo incondicional de las Instituciones nombradas en el párrafo anterior.
Lo sorprendente de ese proceso es que nuevamente se adjudicó a la Compañía ganadora en la licitación del año 1.999, utilizando los mismos estudios, pero se actualizan los precios a cantidades mucho mayores (alguna vez solicite a Autoridad Portuaria de Guayaquil me indique el volumen del sedimento desalojado, tiempo trabajado por la draga y el valor pagado, recibiendo la contestación de que esa información era estrictamente confidencial y reservada), por lo tanto nunca se conocieron los resultados técnicos, tiempo de duración de la obra ni el costo económico de la misma.
Es necesario destacar que durante y después del dragado no hubo afectación al medio ambiente, en cambio, desde esa fecha la producción camaronera aumento considerablemente llegando a ser hoy día el primero o segundo rubro de exportaciones no petroleras.
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