1 de Octubre, día del pasillo ecuatoriano
Esta música que caracteriza e identifica al país, surgió en la Gran Colombia durante las guerras independentistas y tiene sus orígenes en el vals europeo.
GUAYAQUIL. En honor al natalicio de Julio Jaramillo Laurido -1935, Guayaquil-, uno de los cantantes más representativos del Ecuador, en 1993, por Decreto Ejecutivo, se declaró cada 1 de octubre el “Día del Pasillo Ecuatoriano”, logrando de esta manera que la ciudadanía recuerde la existencia de este género musical.
Por esta razón en varias provincias del país, después de 22 años de esta declaración y 80 del nacimiento del conocido Ruiseñor de América, se viven diferentes actividades que conmemorar este género de la tradición sonora. Entre ellas la romería musical que se realiza en el mausoleo del artista (por la puerta 13), en el Cementerio General de Guayaquil.
A este género musical en Ecuador a diferencia de Colombia – animado y bailable- y Panamá -similar al colombiano, pero se utiliza el violín- se lo ha definido como música triste y en jerga popular como ‘música líquida’, ya que se muestra sentimental y nostálgico. Sin duda alguna el pasillo ha adquirido diferentes características en cada lugar en donde se lo escucha.
“El pasillo en Guayaquil está recobrando el reconocimiento que se merece, incluso nuestra institución tiene como objetivo la necesidad de fortalecer nuestra identidad sonora”, manifiesta Jenny Estrada, historiadora y directora del Museo de la Música Popular Julio Jaramillo, quien señala que recuerda que este domingo 4 de octubre, los alumnos becados de la escuela ofrecerán un recital.
Mientras que para la cantante Irma Aráuz, con 50 años de vida artística, considera que aún se puede hacer más para fomentar el amor por la música nacional. “Debería haber conciertos todos los fines de semana. O como antes se hacía, un programa de televisión que salga todas las semanas”, reprocha.
Cabe señalar que hoy (1 de octubre) fue el lanzamiento del disco ‘Julio Jaramillo en la flauta de Carlos Prado’, musicalizado por el virtuoso flautista guayaquileño, el cual tiene como objetivo continuar con la promoción del legado del famoso ‘Ruiseñor de América’ en nuevos formatos y para públicos que no lo habían escuchado antes. (VCV/La Nación)